La vista es el sentido más obvio para navegar por una ciudad. Pero nuestras narices también hacen turismo y son estimuladas: ahora podemos conocer el “paisaje olfativo” de varias ciudades, gracias a estos nuevos mapas de olores.
UNA CARTOGRAFÍA DE LOS OLORES URBANOS
“Lo olores están diseñados para provocar una respuesta, para iniciar un debate, para incentivar a la gente a usar sus narices, para que seamos más conscientes de los aromas que conforman nuestros entornos urbanos” (Kate McLean)
Sinestesia viajera... cada ciudad y zona albergan auténticos olores propios del estilo de vida, la temperatura, las tradiciones y la cultura.
La británica Kate McLean ha creado Sensory Maps, un proyecto que mapea los olores de las ciudades. Para ella, los aromas contienen un bagaje de información cultural tan rico como el más valorado por la sociedad contemporánea: la vista.
El trabajo de McLean no se reduce únicamente a los olores tradicionales asociados con las distintas ciudades, sino que es mucho más minucioso; son los paisajes aromáticos de cada urbe, divididos por zonas e incluso segmentados en cuadras. Para ella y algunos otros activistas en pro del valor de la experiencia olfativa, cada lugar mantiene fragancias propias e irrepetibles, cuya riqueza como patrimonio cultural debería conservarse.
Proteger el olor de las ciudades podría convertirse en una nueva variable para preservar la experiencia original de cada ciudad.
Proteger el olor de las ciudades podría convertirse en una nueva variable para preservar la experiencia original de cada ciudad.
Está comprobado científicamente que el órgano nasal se conecta con el sistema de la memoria y las emociones, las cuales determinan en gran medida nuestras experiencias como viajeros. Los olores, desde luego, están estrechamente relacionados con el ánimo. Pero más allá de lo anterior, el trabajo de McLean resulta aún más interesante debido al complejo reto que se autoimpone: describir y explicar los aromas.
Es sencillo explicar a qué huele un té, por ejemplo, pero, ¿a qué huele un edificio viejo o un museo? El olor es un tema que todos experimentamos y vivimos, pero que pocas veces nos narramos de manera consciente. Las ciudades son un ejemplo de vivencias únicas que albergan experiencias olfativas irrepetibles, un atractivo que muy probablemente todos sabíamos, pero que por predisposición cultural pocas veces bajamos al plano de la conciencia plena.
Ámsterdam
Por: pijamasurf - 03/07/2016
MAPA OLFATIVO DEL VIAJERO: Rincones que huelen bien
Texto: María Bayón
- (Foto: Corbis)
Cada ciudad, cada pueblo, cada rincón del planeta tiene su propio aroma, una especie de código de barras invisible que ilustrará tus momentos especiales mucho, más y mejor que tus 500 galerías de fotos en las redes. Un viaje paralelo e inolvidable que modelará el mapa de tu memoria y te permitirá perfumar tus mejores recuerdos cada vez que un aroma ya vivido se cuele en tu mundo.
Sin embargo, hay lugares donde los olores parecen fijarse mejor, bien por su variedad o bien por su persistencia, estancias del planeta que sin duda merecen pararse a respirar. Te proponemos un recorrido olfativo por el mundo, para que te conviertas en el alquimista de tus sueños y elabores tu propio código de esencias viajeras. Tanto si tienes una nariz temática como una pituitaria fusión, ésta es tu ruta.
1. SI TE GUSTA EL CHOCOLATE
Brujas, Flandes
Nada mejor que pasear por las adoquinadas calles medievales de Brujas usando como guía el penetrante aroma a cacao que fluye de sus coquetos edificios. Brujas cuenta con más de 50 maestros chocolateros en activo, de modo que puede considerarse un verdadero laboratorio urbano en la materia.
En sus establecimientos encontrarás de todo, desde propuestas tradicionales, cien por cien artesanales y en algunos casos con altos porcentajes de cacao, hasta las más atrevidas creaciones, dónde manda la mezcla con oro, guindilla picante, coca-cola o frutas tropicales. Si quieres vivir una experiencia redonda apuesta por The Chocolate Line, además de poder oler chocolate, descubrirás lo que significa degustar un bombón gastronómico.
Interior de The Chocolate Line (Foto:Corbis)
2. SI TE GUSTA EL CAFÉ
Parque Nacional del Café en Quindío, Colombia.
Añádele un punto didáctico a tu experiencia y empieza por reservar plaza en su teleférico. Conseguirás una completa visión de conjunto y podrás admirar a placer los verdes bancales de sus extensos cafetales. Respira hondo.
Más adelante descubrirás cómo lidiaban los primeros campesinos de Quindío con las máquinas trilladoras, moledoras y tostadoras, y ya estarás listo para pasar la noche en la Finca Bosque del Samán, una de las Haciendas más bellas del lugar. Deja que te atrape su encanto colonial y por supuesto no te pierdas una estimulante taza de café al atardecer.
Región de Chagga, Tanzania
Regálate un despertar con intenso aroma a café a los pies del Kilimanjaro, en pleno corazón de África. Haz una ruta en cuatro por cuatro entre sus oníricos cafetales y permite que las notas dulces del arábica sin tostar te ayuden a descubrir la magia del enigmático continente negro.
Parque Nacional del Café en Quindío, Colombia (Foto:Corbis)
3. SI TE GUSTAN LAS FLORES
Grasse, Francia
La capital del perfume. Es posible que la colorista visión de sus interminables campos de flores te deje sin palabras, que el aroma a rosa, jazmín y lavanda atraviese como una lanza las ventanillas de tu coche y encienda tus sentidos, pero espera a ver qué pueden hacer con tanta materia prima los maestros perfumeros de Grasse. Estás en la mítica tierra de “los tres grandes”: Gallimard, Fragonard y Molinard y a partir de ellos, todo es historia. Una historia de amor con perfumes tan inolvidables como el legendario Chanel Número 5.
La capital del perfume. Es posible que la colorista visión de sus interminables campos de flores te deje sin palabras, que el aroma a rosa, jazmín y lavanda atraviese como una lanza las ventanillas de tu coche y encienda tus sentidos, pero espera a ver qué pueden hacer con tanta materia prima los maestros perfumeros de Grasse. Estás en la mítica tierra de “los tres grandes”: Gallimard, Fragonard y Molinard y a partir de ellos, todo es historia. Una historia de amor con perfumes tan inolvidables como el legendario Chanel Número 5.
Recogiendo flores en Grasse (Foto:Corbis)
4. SI TE GUSTA EL QUESO
Roquefort, Francia
El rey de los quesos. Si te gustan las experiencias fuertes disfrutarás del potente olor azul-hongo del roquefort, uno de los quesos más buscados del mundo. Una joya que se empieza a degustar con la nariz cuando penetras en el laberíntico entramado subterráneo que le da su ser y recorres las cuevas de Roquefort, donde el queso madura lentamente a los pies del Monte Combalou. Permite que los maestros queseros te desvelen los secretos de su arte y disfruta de las catas que acompañan la vista. Te sorprenderán.
Cuevas de Roquefort (Foto:Corbis)
5. SI TE GUSTAN LAS ESPECIAS
Madagascar, esencia de vainilla
El embriagador aroma a vainilla acompañará todo tu recorrido por la isla, pero llegarás a disfrutarlo más cuando puedas comprarlo en sus mercadillos. No te pierdas el de Antananarivo, su capital, donde además te dejarás seducir por sus precios.
Kerala, tierra de las 1001 especias
La hospitalaria Kerala, ubicada en el suroeste del país es famosa por explosiva mezcla de especias. Y esto ocurre desde muy antiguo, cuando la ruta que terminaba en Egipto buscaba las mejores esencias de la ciudad para conservar mejor a sus momias.
Déjate atrapar por el penetrante olor del clavo, la canela y la pimienta, la reina del lugar. Descubre los preceptos ayurvédicos en su fascinante cocina y recuerda que especiado no siempre significa picante.
Mercado de Kerala (Foto:Corbis)
6. SI TE GUSTA EL MAR
Gijón: sal, sidra y sardinas
Embriágate de mar en un día de viento y déjate tentar por el olorcillo a sardinas asadas que regala el Cantábrico en los muchos restaurantes de Gijón.
Encamínate a Cimadevilla y observa cómo la sidra se mezcla sin complejos con el serrín y los efluvios de los frutos del mar combinan a la perfección con la risa y el escanciado. Descubre el alma marinera de Gijón y guarda el aroma para tus recuerdos.
Aberdeen, Escocia
Olvida tus prejuicios sobre el petrolífero Mar del Norte y permite que la oferta gastronómica del flamante puerto de Aberdeen atrape tus sentidos.
Recorrerás callejuelas donde el olor a marisco y algas querrá convertirte en sirena y podrás admirar como los grandes barcos pesqueros hacen escala en sus enigmáticos recorridos. Pide una ración de ostras y respira. Aberdeen huele a mar en estado puro.
Cimadevilla, Gijón (Foto:Corbis)
7. SI TE GUSTA LA MEZCLA
Las grandes ciudades fusionan con maestría el pantone olfativo de la vida permitiendo que entre sus calles se dibuje una rica red de aromas, similar a la que dibuja su mapa de transporte público.
Los Ángeles
Considerada por algunos rankings como la ciudad que mejor huele del mundo, el secreto sin duda, esta en la mezcla. Pon a prueba tu nariz y en seguida descubrirás los ingredientes de su esencia.
La suave brisa oceánica que llega de Santa Mónica, el aire seco del desierto que se cuela hasta el Downtown, el limpio aroma de pino y eucalipto que sopla desde sus colinas y la nota dulzona del jazmín, invitado de honor de las lujosas urbanizaciones de Berverly Hills. Si a todo esto le sumas el potente aroma a crema de protección solar de Venice Beach habrás descifrado su secreto.
Venice, Los Ángeles (Foto:Corbis)
Londres
Desde el inequívoco aroma a mantequilla que ya puedes percibir en cualquiera de sus aeropuertos hasta las fragantes esencias florales de sus parques en primavera, Londres también resulta tremendamente cosmopolita si se la incluye en un mapa olfativo.
No te pierdas el arrullo a fritanga de los puestos ambulantes de Camden Town, el aroma a lujo del papel de regalo de Harvey Nichols, el festival exótico y tropical que ofrecen las frutas del mercado de Notting Hill Gate y la suntuosa compañía de las flores de Covent Garden.
Covent Garden, Londres (Foto:Corbis
París
Si adoras las esencias complejas y no puedes evitar pegar la nariz al escaparate de una perfumería, la capital del Sena cubrirá con creces tus expectativas.
Si además te apetece encontrar tu propio perfume, no dejes de visitar la Maison Kurkdjian, la casa de una las narices más vanguardistas del momento. Si buscas algo más rompedor apuesta por Jovoy, muy cerca de la Place Vendôme. Un coqueto establecimiento donde dejar volar tu imaginación de la mano de Francois Henin, empeñado en devolver al perfume su esencia mística.
Olor a pan y a pastelería (Foto: Coquelicot)
Y para que el contraste habite para siempre en tu memoria, después de tan elaborado recorrido, déjate llevar por el inimitable aroma a pan recién horneado de las mejores panaderías de la ciudad.
Disfruta de la mejor baguette de la ciudad en el recientemente galardonado Sébastien Mauvieux, en el número 159 de la Rue Ordener. Compartirás pan con Francois Hollande. Tampoco dejes de probar el pan Le Grenier á Pain, los desayunos de Coquelicot y las creaciones estrella de Gontran Cherrier, uno de los panaderos más celebrados de París.
Publicado por Traveler el 11.03.2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario